miércoles, 21 de diciembre de 2011

5TA PARTE DEL RESUMEN "UNA CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA MASÓNICA DE MÉXICO" DE RICHARD E. CHISM

UNA CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA MASÓNICA DE MÉXICO (5ta parte)
por Richard E. Chism
resumen de Octavio León Urrutia

XII. La formación de "La Gran Dieta de México" 

Inmediatamente después de firmar la fusión, el Gran Oriente desconoció las cláusulas del Tratado mediante un decreto que convocaba a todas las Logias, Grandes Logias, y demás Cuerpos de la Masonería Simbólica (regulares o irregulares) dentro de la Jurisdicción Mexicana, a juntarse a fin de formar un Cuerpo Supremo que se llamaría "La Gran Dieta Simbólica de los Estados Unidos Mexicanos" para asumir la dirección del Simbolismo, es decir, poner en marcha lo propuesto en el Balaustre XXX rechazado con anterioridad, solapando la extinción del sistema de Grandes Logias instituido mediante el Balaustre XXXII. 

No se efectuó ninguna verificación sobre el abandono de las Antiguas Tradiciones, ni se tomaron en cuenta opiniones sobre el proyecto, tampoco hubo discusión ni deliberación, ni tan sólo una representación digna y honorable de la Masonería legítima, bien organizada y libre. Simple y llanamente se impuso la centralización del poder para obtener ventajas materiales repartidas entre una ambiciosa oligarquía. 

Se credencializó a ciertos partidarios de Cantón, para simular la legalidad de la Asamblea que se llevaría a cabo el 15 de febrero de 1890, a dos meses del decreto. Alrededor de quince personas se reunieron en la fecha fijada para la instalación de la Gran Dieta, quienes pretendían hacerse pasar por representantes de Logias y Grandes Logias, muchas de las cuales ni siquiera habían sido consultadas, e incluso desconocían a sus supuestos delegados.  

Su Constitución tuvo el mismo desarrollo, unos cuantos Masones se proclamaron representantes de 127 Logias y Grandes Logias y fueron los firmantes del documento a mediados de julio de 1890. Incluso se falsificaron firmas y se hicieron firmar deshonestamente documentos a nombre de prominentes personalidades públicas o Masónicas como el propio General Porfirio Díaz, a quien nombraron Gran Maestro. 

Sin un conocimiento íntimo del origen y objeto de la Gran Dieta, y engañados por la noticia de que el Gral. Díaz trabajaba con actividad a favor de la nueva institución que encabezaba, cierto número de Grandes Logias se adhirieron a la Gran Dieta, con la finalidad de acabar con las rencillas y consolidar y armonizar a la Masonería simbólica. Otros más informados y de ideas esclarecidas sabían que era un camino trillado que conducía al mal éxito y desintegración. La Gran Logia Unida de Veracruz fue la primera en protestar contra la organización de la Gran Dieta, creado por un Cuerpo irregular, nacido de uno anterior de origen espurio. A esta protesta se sumaron más Grandes Logias. 

El Gran Maestro nominal, Porfirio Díaz, indiferente y despreocupado de la nueva corporación, jamás asistió a una sola tenida de la Gran Dieta, por lo que el poder recaía en el Secretario General Ermilio G. Cantón, quien hacía y deshacía a voluntad y capricho jactándose de su influjo e importancia. Muchos Masones se amedrentaban por los supuestos poderes de Cantón, mientras que otros demostraron enérgicamente su descontento. 

"La persona del Sr. Cantón resumía en sí las dignidades de Gran Secretario incambiable de la Gran Dieta, Gran Maestro de la Gran Logia Valle de México, Venerable de la Logia "Benito Juárez", y quién sabe qué cosas más. Esta diversidad de funciones condujo a que algunos chuscos bautizasen al Sr. Cantón  con el nombre de 'El Frégoli Masónico' a la hora en que aquel transformista deleitaba al público ilustrado de esta capital." [1] [sic] 

El 31 de octubre de 1892, Ignacio A. de la Peña, Masón entusiasta y trabajador, persona de provecho y de cierta influencia, se presentó ante la Gran Dieta para hacer cargos al Gran Secretario de ésta por abuso de autoridad, ya que suspendió a los Dignatarios constitucionales de una Logia sin autorización alguna, sino de su mero capricho personal. Cantón resolvió, en una tenida de la Gran Logia Valle de México presidida por él mismo, declarar a Peña 'perjuro' y 'traidor a la Fraternidad' expulsándolo para siempre de la Masonería. 

Peña se alejó de esta Masonería, para formar junto con cinco Logias un nuevo Rito, con un Supremo Consejo y todo, que lleva por nombre "Rito Escocés Antiguo y Reformado (como aquel Rito igualmente irregular organizado en 1871 y extinto en 1876), ubicado en el Callejón del Ratón[2] en donde se afiliaron un numeroso grupo de artesanos. 

Los innumerables cismas y discordias que han aquejado a muchas Jurisdicciones han sido propiciados por la misma ineptitud consistente en centralizar el gobierno de la Masonería Simbólica. 


XIII. La Gran Dieta en su auge 

Durante mucho tiempo, Logias mexicanas cercanas al Río Bravo (del Rito Escocés Antiguo y Aceptado) y Logias texanas (del Rito de York) tuvieron contacto y visitas más o menos constantes aunque sin el debido reconocimiento mutuo. El acuerdo llegó hasta el año de 1890, sin embargo, la Gran Dieta violó toda cortesía internacional Masónica, estableciendo dos Logias en la Jurisdicción texana, una en Laredo y la otra en Benavides. El Gran Maestro de Texas solicitó que se retiraran estas Logias, y ante la negativa, publicó una circular prohibiendo todo contacto Masónico con Masones mexicanos. 

Durante una visita de inspección al Estado de Tamaulipas, Cantón llegó hasta Laredo donde formó Logias femeninas con plenos poderes para conferir los Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro a las señoras. Además se informó de la situación entre ambas Grandes Logias, por lo que decidió decretar (de por sí y ante sí) el abatimiento de Columnas de las Logias mexicanas en Texas argumentando que se trató de una equivocación, pues en la frontera mexicana también había ciudades con esos nombres. Esta disculpa sirvió para que en 1981 el Gran Maestro de Texas reconociera la regularidad de todas las Logias mexicanas con Carta Patente de la Gran Dieta[3], y autorizaba nuevamente las visitas entre ambas obediencias. 

El Gran Maestro de Texas, George W. Tyler, cruzó a México en calidad de visitante, sin ninguna comisión ni poderes de su Gran Logia, interesado en intercambiar cortesías con Masones mexicanos. A su paso conoció a numerosos simpatizantes de la Gran Dieta, entre ellos a Manuel M. Bauche, plenipotenciario de la Gran Dieta con quien firmó un tratado de alianza. Analizado con detenimiento, este acuerdo escapa a toda comprensión.  

1.- En primer lugar, Tyler no tenía la facultad de firmar ningún tratado al encontrarse fuera de su Jurisdicción, a menos, claro, que los miembros de su Gran Logia se lo hubiesen conferido, para lo cual, en todo caso habría sido necesario celebrar una Asamblea para revisar y discutir la propuesta entre los Masones de Texas. Por otro lado, se hallaban a más de 600 kilómetros de la sede de la Gran Dieta.
2.- Al ser ignorante del idioma español, Tyler se valió de las señas de un intérprete.
3.- Ni por un momento se puede suponer que un Masón del Rito de York hubiera tolerado la admisión de mujeres a la fraternidad con igual carácter que los hombres, la ausencia de la Biblia en el ara, los juramentos truncos en cuanto a las penalidades antiguas, y muchas otras diferencias esenciales en los misterios de una y otra Jurisdicción, de manera que ningún Masón de la Gran Dieta pasaría un examen para ser reconocido por los Ritos de York. 

La conclusión lógica es que se obviaron las cuestiones más elementales, recibiendo a toda la Gran Dieta en amistad, con menos precaución de la que se toma generalmente para recibir a un solo visitador a una Logia. Se sabe también que se ocultó convenientemente el origen de la Gran Dieta a Tyler, y que la cándida confianza de éste era ilimitada. 

En diciembre de 1891 se volvieron a presentar cargos contra Cantón que fueron desechados, abatidas las Columnas de la Logia a la que pertenecían los denunciantes, y éstos fueron expulsados de la orden, sin causa ni juicio como era la costumbre arbitraria en la organización de la Gran Dieta. 

En 1894, algunos Masones de la Logia "Toltec" #520 que trabajaban en la Ciudad de México con Carta Patente de Missouri, formaron una nueva Logia ("Toltec" #214) para trabajar en inglés según el Rito de York por la Gran Dieta de México[4]. 

A consecuencia de una enfermedad cardíaca, la Gran Dieta cerró sus sesiones desde el 16 junio de 1984, hasta abril de 1895. El Boletín Masónico, del cual el Sr. Cantón era propietario y redactor, suspendió su publicación lo que causó una laguna en el Libro de Actas de la Gran Dieta que debió ser llenada como se referirá más adelante. 


[1] Richard E. Chism. Op. Cit. P. 107 Se trata de una comparación con Leopoldo Fregoli (1867-1936). Actor, reformista y cantante italiano, reconocido por su maestría en el género para-teatral del Transformismo, que consistía en puestas en escena donde él mismo iba cambiando de voz, de vestuario y de registro, todo de manera frenética, dando vida a docenas de personajes distintos. [N. del A.]
[2] Lo que actualmente es la calle Riva Palacio en la Colonia Guerrero. [N. del A.]
[3] Esto incluía también a las Logias femeninas, lo que era una falsedad dentro del orden de los Cuerpos Masónicos Regulares del momento y que no hubiera merecido reconocimiento si se hubiera tenido conocimiento del asunto. [N. del A.]
[4] Antecedente de la Logia a la que pertenecería y presidiría el propio Richard E. Chism. [N. del A.]           

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