lunes, 7 de noviembre de 2011

RESUMEN POR CAPÍTULOS DE "UNA CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA MASÓNICA DE MÉXICO" DE RICHARD E. CHISM


UNA CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA MASÓNICA DE MÉXICO
por Richard E. Chism[1]
resumen de Octavio León Urrutia

Introducción

Esta obra aparece publicada por vez primera en 1899, motivada -según cuenta su autor- como respuesta a los constantes ataques y descalificaciones que sufrió la francmasonería mexicana con motivo de la llamada Gran Dieta de México.

Para Richard Chism, "la Gran Dieta […] fundada en las disensiones internas, que han sido fomentadas durante veinte años por algunas personas, […] se ha pegado como vampiro a la verdadera Masonería del país, chupando su sangre y su vida […] ha hecho más daño a la Masonería en México que todos los asaltos del Catolicismo […]."[2]

Tras explicar que contaba con información de fuentes confiables (estudios, publicaciones, liturgias y testimonios) y poseía de manera regular el idioma español, remitió una epístola a la publicación masónica The American Tyler (El Guardatemplo Americano), con la intención de replicar los informes publicados por J.Q.A. Fellows[3], en la página 8 de la edición del 1° de septiembre de 1897, ya que promovía una cargada en contra de la autenticidad y regularidad de los cuerpos y grados masónicos en México, que suponía falseada y pretendía esclarecer.

Desde la introducción, Chism deja claro que su principal fuente de información es la obra de José María Mateos (Historia de la Masonería en México)[4], citando además boletines, publicaciones, escritos, correspondencias y entrevistas de diversas índoles.

Las precisiones que hace Chism en su carta son 2:
*Hay evidencia de la presencia de masones en México, anterior a la formación del Supremo Consejo en Veracruz de 1860.
*No existió mala fe por parte de los fundadores de la Masonería mexicana, que pudiera resultar en una situación de irregularidad, ilegalidad o clandestinidad de los iniciados, sus grados, sus Logias y/o sus Altos Cuerpos.

Finalmente, Chism explica que esta actividad que emprendió tenía como finalidad ser la primera obra en lengua inglesa que reseñara el nacimiento de la Masonería en México "fundada sobre documentos auténticos y datos exactos."[5] Esto supondría que la delimitación temporal del estudio abarcara hasta el año de 1868 (fecha de la fundación del Supremo Consejo), sin embargo, su inquietud lo llevó a continuar investigando y profundizando hasta el año de 1897.

I. La Masonería en la colonia española

El siglo decimonónico empezó jacobino y acabó frailero[6] y en toda Europa temblaban por el avance de las tropas Napoleónicas, incluida la España del "imbécil" Carlos IV. Esto llevó a muchos peninsulares a exiliarse en Nueva España y asociarse con criollos y mexicanos de ideas revolucionarias, que trajo como consecuencia un programa que prohibía juntas y/o conferencias de cualquier clase en la colonia virreinal de Nueva España. A pesar de ello, la primer Logia Masónica de la que se tiene conocimiento, vio la luz en el año de 1806 en la capital. Debido a la falta de documentos, se desconoce si esta logia tenía carta patente, e incluso se especula sobre el posible Rito que pudo haber trabajado, aunque para Chism, debió ser una Logia del Rito de York.

"La Gran Logia de Inglaterra tuvo cuatro logias establecidas en España, de cuyo país deben haber venido los primeros masones a México."[7]

Por otra parte, Chism señala que esta primera Logia bien pudo tener un carácter estrictamente político y enlista algunos de los supuestos afiliados a la misma, entre los que destacan Don Manuel Cuevas Moreno de Monroy Guerrero y Luyando (Regidor del ayuntamiento de México), el Marqués de Uluapa, Miguel Betancourt y el Licenciado Primo de Verdad.

Según los relatos, "una noche se presentó en México, montado en mula y cargado del polvo de muchas leguas de los caminos de la Mesa Central, un Cura de párroco, muy humilde pero de ideas avanzadas"[8] [sic], mismas que le valieron su destierro de la ciudad virreinal al pueblo de Dolores, una lejana provincia de Guanajuato, y la invitación a formar parte de la Masonería[9].

Un día después de la llegada de Hidalgo y su acompañante (Don Miguel Allende) a la Ciudad de México, ambos vieron la luz en esa primera Logia Masónica, propiedad del Regidor Luyando, ubicada en la Calle de Ratas #4[10]. Continúa (sin reparar en la fecha), diciendo que un día después de su iniciación, los viajantes partieron de vuelta a Dolores, y no sabrían más de ellos en la Ciudad de México, sino hasta el 15 de septiembre de 1810, cuando Hidalgo da el Grito de Dolores y comienza oficialmente la Guerra de Independencia[11].

En 1808, la Logia de la calle de Ratas fue denunciada por un vecino, los masones que pertenecían a ella fueron perseguidos, encarcelados e incluso asesinados, mientras otros lograron huir. Al estallar la Guerra de Independencia, la mayor parte de los miembros activos de esta Logia se unieron a las filas insurgentes, dejando aparte a la Masonería. No existe documento ni relato sobre la Orden en México entre 1810 y 1813.

II. El principio del Rito Escocés en México

En 1812, se adoptó una nueva constitución en España[12], obra del Primer Napoleón. Mientras tanto, la revolución en Nueva España cobraba más fuerza, por lo que se embarcó hacia el territorio mexicano un nuevo ejército ibérico testigo del fin de la Inquisición y del gobierno aristócrata en Europa. Presuntamente, entre los oficiales de este ejército se encontraban numerosos masones pertenecientes al Rito Escocés (corriente masónica francesa) en España[13].

La introducción de este Rito a territorio novohispano, fue especialmente dirigida a peninsulares y mexicanos de alcurnia noble, leales a la dominación española. Tras la expulsión de los franceses en España, comenzó una nueva persecución a la Orden y sus agremiados en México, teniendo que celebrar sus reuniones nuevamente en secreto, no obstante que el mismísimo Virrey (Don Juan Ruíz de Apodaca) fuese Maestro Masón.

La Gran Logia de México, de la mano de su primer Gran Maestre, Don Felipe Martínez Aragón, se fundó durante la gesta independentista, pero fue hasta terminada la independencia cuando los trabajos recobraron su fuerza y libertad. Para aquel entonces ya existían innumerables Logias, pero aún se componían en su mayoría por opositores a la recién alcanzada independencia, lo que derivó en la transformación de dichas Logias en núcleos de intriga política. Por esta razón, los masones mexicanos se fueron alejando de aquellos grupos en los que predominaba el elemento español, formando Logias aparte dirigidas por el General Nicolás Bravo, propagando aún más la Masonería de Rito Escocés. Poco a poco las Logias reaccionarias fueron dejándose dominar por el elemento mexicano, homogeneizándose con las demás.

En relación a los trabajos esotéricos, quedan escasas evidencias que indiquen el tipo de rituales celebrados en las tenidas, y pese a que la creencia general es que se otorgaban los tres Grados Simbólicos a partir de traducciones literales del francés, presume Chism que se debió adoctrinar de acuerdo con el Rito de York, pues existe una obra titulada "Catecismo Masónico para la Instrucción de los Masones Españoles de Ambos Hemisferios" fechada en 1821, con idénticas ceremonias de tal Rito, y en virtud de la ausencia de informes sobre los trabajos de altos Grados del Rito Escocés, también afirma que no es muy probable que se otorgaran dichos Grados, a menos que fuera de manera informal y sin los Cuerpos organizados para este objeto[14].

III. La introducción del Rito de York
Este capítulo inicia con la aclaración sobre el origen del Rito de York en México, pues al parecer el intento realizado con anterioridad por T. S. Pavin[15] es inexacto.

Las afirmaciones de Chism al respecto, son que la Gran Logia de Louisiana otorga (en 1816) una carta patente para formar la Logia Simbólica "Amigos reunidos" #8 en la ciudad de Veracruz, y otra más (en 1817) para la Logia "Reunión a la virtud" # 9 en Campeche. Por su parte, la Gran Logia de Pennsylvania concede la carta patente para la Logia "Hermanos legítimos de la luz en Papaloapan" en Alvarado, Veracruz (en 1824). Difícilmente —asegura el autor—, estas Logias influyeron en la introducción definitiva del Rito de York debido a la gran distancia que mediaba entre estos Valles y la Cd. de México, sumada a la dificultad de las comunicaciones de la época en las localidades.

Las investigaciones apuntan a que "36 maestros masones del Rito Escocés, verificaron una junta en el año de 1825 para promover la introducción del Rito de York en México, puesto que creían que este Rito se conservaría más fácilmente fuera de la arena política."[16]

La resolución de la junta, convino enviar una comisión con Joel R. Poinsett, Ministro de Estados Unidos de América en México a fin de solicitar su intervención ante los cuerpos del Rito de York. El resultado fue la obtención de tres cartas patentes para las Logias Simbólicas "La libertad" #1, "La federación" #2, y "La independencia" #3,[17] instaladas por el propio Poinsett. Posteriormente se forma la "Gran Logia Nacional Mexicana", cuyo primer acto fue constituir otras dos Logias; de modo que el Gran Cuerpo comprendía cinco Logias subordinadas. Entre sus principales miembros había Generales, Coroneles, y otros Oficiales del ejército, senadores, diputados, clérigos, empleados del gobierno, comerciantes y artesanos. Los masones del Rito de York pertenecían al Partido Liberal[18].

Chism refiere que en principio, estas Logias se dedicaban a las ceremonias del Rito, pero ante la oposición de los escoceses la resistencia devino en la participación activa en la política del país. El número de Logias de Rito yorkino en 1828, ascendía a un centenar[19]. Diez de estas Logias se encontraban en la capital, mientras que el resto se repartían en las ciudades y villas principales de la república, formadas con más atención a la fuerza numérica que a las calidades de sus miembros.

Los escoceses hacían lo propio, apoyados por el partido conservador y el sector clerical, temiendo los principios reformadores de los liberales. Estos grupos se llamaban mutuamente herejes y enemigos de la Iglesia y cada uno estaba encomendado a un santo, en el caso de los escoceses eran la Virgen del Pilar y Santiago de Galicia, mientras los yorkinos eran partidarios de la Virgen de Guadalupe. Los religiosos de uno y otro bando anatematizaban a sus contrarios desde el púlpito.

Finalmente la rivalidad estalló en una guerra abierta. "En 1827, el General Nicolás Bravo, Gran Maestro del Rito Escocés, se pronunció en contra del gobierno y del ministro Poinsett y fue sitiado en la Ciudad de Tulancingo por el General Vicente Guerrero, Gran Maestro del Rito de York, derrotando éste a las fuerzas rebeldes."[20] Esto ocasionó la extinción del Rito Escocés como organización exclusivamente masónica, con lo que las Cámaras (compuestas en su mayoría por masones escoceses)[21], decretaron el 25 de octubre de 1828 una prohibición a todas las sociedades secretas de la República.

La Gran Logia de York, hizo valer el decreto declarando todas sus Logias en sueños, sin embargo algunas Logias tanto yorkinas como escocesas continuaron trabajando en la clandestinidad, y algunas otras decidieron adherirse al Rito Nacional Mexicano (organizado desde 1825), pues no era tan molestado como los otros Ritos o desafiaba a la policía con más entereza y mayor éxito. Los grupos Escocés y Yorkino habían perdido su identidad como organizaciones masónicas, y sólo servía su título a consignas y conflictos de índole política.



[1] Norteamericano. Past Master de la Logia Toltec # 1 del Rito de York en México. Autor de obras como Encyclopedia of mexican mining law, A synopsis of mexican mining law y Una contribución a la historia masónica de México. Licenciado en Derecho; según algunos autores, alcanzó el grado académico de Doctor en Filosofía (aunque mis propias investigaciones me llevan a creer que su doctorado fue en Ingeniería Mecánica o Ingeniería Metalúrgica, pues su título "Ph. D." se trata de una forma genérica de llamar a un investigador o doctor, además, en su obra A synopsis of mexican mining law, su título -Ph. D.- se encuentra precedido por las siglas "M.E." [ingeniería en minería -???-]). De acuerdo al sitio http://www.yorkmexico.org la inicial "E." significaría Edward. [N. del A.]
[2] Richard E. Chism. Una contribución a la historia masónica de México. México. Herbasa. Nueva ed. (copia exacta de la publicada en 1899). 2004. p.15
[3] Se trata, muy probablemente, de John Quincy Adams Fellows, Gran Past Master de Louisiana. Hago esta suposición, con base en una referencia tomada de Everett R. Turnbull y Ray V. Denslow. A history of Royal Arch Masonry, Part two. United States. Kessinger Publishing Co. Imported ed. 2004. p. 891, en donde se reseña brevemente la carrera masónica de un contemporáneo suyo, viviendo en el mismo estado, con cargos similares a los que le imputa Chism, además de un nombre que coincide convenientemente con las siglas. [N. del A.]
[4] José María Mateos. Historia de la Masonería en México, desde 1806 hasta 1884. México. Herbasa. Nueva ed. (copia exacta de la publicada en 1884). 2006. pp.382. Esta obra es la investigación verdaderamente profunda y reflexiva, abordada desde el punto de vista del Gran Maestro del Rito Nacional Mexicano, que Chism se limita a resumir, simplificar y adecuar a la versión del Rito de York. La contribución de la obra de Chism, consiste sólo en dar detalles (como nombre, jurisdicción, Rito e incluso miembros) sobre un sinnúmero de Logias de la época. [N. del A.]
[5] Richard E. Chism. Op. Cit. p. 18
[6] El autor se refiere a que comenzó con revoluciones ideológicas, políticas y militares, y terminó bajo el yugo de la religión. [N. del A.]
[7] Íbid. p. 20. A este respecto hay que decir que Chism pretende ignorar que en España coexistieron al menos dos corrientes masónicas durante el siglo XVIII: la primera del Rito de York (fundada en el año de 1728), y la segunda del Rito Escocés (instaurada en 1780). La aclaración viene al caso pues la deducción que quiere hacer pasar como lógica en relación al primer Rito practicado en México, no lo es tanto: mientras que el Rito de York (inglés) tenía carácter conservador, el Rito Escocés (francés) era de corte liberal, y si pensamos que las masonería llega a México a principios del siglo XIX, influida por la Revolución Francesa, en contra de la imposición al imperio de Bonaparte y con una tendencia al laicismo, es más lógico suponer que fuera una Logia escocesa, de cualquier manera, esta es mi propia deducción. Estas dos corrientes continúan siendo las más conocidas y practicadas en el mundo contemporáneo. [N. del A.]
[8] Íbid. p. 22
[9] La controversia sobre la filiación masónica de Hidalgo, como de algunos otros personajes de la historia de México, se extiende hasta nuestros días, pues no existe ninguna constancia tangible de su iniciación o participación activa dentro de las Logias. Se conoce y da por cierto este hecho (y varios más), pues forma parte de la tradición oral de los primeros masones mexicanos. [N. del A.]
[10] En lo que hoy es Bolívar # 73 [N. del A.]
[11] El mencionado Grito de Dolores se da en la madrugada, por lo que más exactamente debe decirse que sucedió el 16 de septiembre de 1810. [N. del A.]
[12] Se trata de la Constitución de Cádiz, impulsada sobre todo por los Masones del Rito de York. [N. del A.]
[13] Sin ningún sustento probatorio, Chism se aventura ahora a calificar al Rito Escocés como aquel que enarbola el pensamiento de Francia y por ende, de Napoleón, cuando en realidad, en aquella región se disputaba la misma batalla ideológica que en el resto del mundo decimonónico: el liberalismo contra el conservadurismo. Los principios de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", síntesis filosófica de la Revolución Francesa, se contraponían radicalmente al imperio Napoleónico, que, sin embargo, irónicamente ayudó a extender por el mundo a consecuencia de sus invasiones expansionistas. [N. del A.]
[14] Lo cierto es que es imposible determinar esta clase de acontecimientos sin documentación sólida, por lo que la especulación sobre una u otra postura carecen de valor para la Historia Científica. [N. del A.]
[15] Los calificativos que le imputa Chism, no sirven para dar ninguna idea sobre la identidad de este personaje. [N. del A.]
[16] Richard E. Chism. Op. Cit. p. 28. Entre los miembros destacados de este grupo se encontraban José María Alpuche (cura), Ignacio Esteva (Secretario de Hacienda), Miguel Ramos Arizpe (canónigo y subsecretario del Ministerio de Justicia) y Guadalupe Victoria (Presidente de la Nación), lo que vuelve imposible de creer que su objetivo fuese la neutralidad política.
[17] Así es para el Gran Maestro Jesse B. Anthony, mientras Mateos afirma que los nombres de dichas Logias fueron "Tolerancia religiosa", "Rosa mexicana", e "Independencia mexicana". Richard E. Chism. Op. Cit. p.29
[18] Lo que no significa que todos los miembros del Partido Liberal pertenecieran a la Masonería. [N. del A.]
[19] De acuerdo al informe del Gran Secretario Agustín Vieza, a la Gran Logia Nacional Mexicana. Richard E. Chism. Op. Cit. p. 29
[20] Richard E. Chism. Op. Cit. p. 30-31
[21] Sin descartar esta afirmación, es inevitable especular sobre las evidencias o argumentos que pudiesen dar veracidad al hecho.


1 comentario:

  1. Evidentemente, el resumen se encuentra aún incompleto. Semana a semana iré subiendo el trabajo de uno o dos capítulos más para comprender mejor la versión que plantea el Q.·. H.·. Chism en esta obra. Siéntanse libres de opinar y aportar.

    ResponderEliminar